Cada año del Festival ha sido un nuevo sol que nos ha acompañado con los resplandores y destellos del cine, cada cortometraje y largometraje lo han sido también, cada mirada que los ha acompañado. Soles que han florecido en una primera década del FICPA producto del gusto, la cinefilia, el amor por el el cine y la ciudad de Pasto y su gente. Se han ido concentrando cada año y desde mucho antes de 2004 todos esas energías y fuerzas para crear este festival en un constante proceso de expansión y contracción. Se puede decir que el Festival Internacional de Cine de Pasto esta viviendo una rozagante y consciente infancia.